Entre tantos peregrinos que vemos cada año caminando rumbo a la Basílica de la Patrona del Paraguay, la Virgen de Caacupé, no dejan de estar presentes también en este andar las Copas que son entregadas como promesa cumplida por los equipos de fútbol que las han obtenido.
Y sea uno creyente o no, este camino a Caacupé da una satisfacción grande cuando se hace como un acto de gratitud por un logro obtenido, y si se hace con un grupo que compartió momentos difíciles para conseguirlo es aún más emotivo.
Cuantos de nosotros iremos a agradecer a la virgen por todo lo que en un año más hemos vivido, por los campeonatos obtenidos o simplemente para compartir con los amigos?
No se olviden de compartirnos con una etiqueta a @ExaFutbolPy su caminata hacia la Virgencita de los milagros!